miércoles, 5 de mayo de 2010

EL PRINCIPIO AUTÓCTONO EN LAS MISIONES

“Aunque soy libre respecto a todos, de todos me he hecho esclavo para ganar a tantos como sea posible. Entre los judíos me volví judío, a fin de ganarlos a ellos. Entre los que viven bajo la ley me volví como los que están sometidos a ella (aunque yo mismo no vivo bajo la ley), a fin de ganar a éstos. Entre los que no tienen la ley me volví como los que están sin ley (aunque no estoy libre de la ley de Dios sino comprometido con la ley de Cristo), a fin de ganar a los que están sin ley”.
1 Corintios 9:19-21 (N.V.I.)


El término autóctono significa que existe de manera natural en un país o lugar. El principio autóctono en las misiones significa que el evangelio debe ser un elemento natural en cualquier entorno cultural. El evangelio desafía y transforma a la cultura, pero no la reemplaza por otra cultura diferente. Una iglesia autóctona predica y practica el evangelio en una forma comprensible por esa sociedad, usando el idioma y las estructuras conocidas. Los creyentes locales son responsables por la multiplicación de la iglesia, lo cual es esencial para un movimiento de plantación de nuevas obras o iglesias. Se explica de la siguiente forma:
1.Los creyentes, bajo el señorío de Jesucristo y la dirección del Espíritu Santo, establecen un discipulado y una disciplina autóctona, es decir propia del lugar y de la dinámica cultural.
2.Las congregaciones locales deciden entre pagarle o no a un líder y construir o no un edificio.
3.Los líderes emergen del grupo local y aprenden por medio de la experiencia actual en el campo.
4.Todos los creyentes son responsables por la evangelización y la plantación de iglesias autóctona.
5.El testimonio y el crecimiento siguen círculos naturales (familia, poblaciones, clanes).
6.La plantación y el crecimiento de las iglesias siguen un modelo reproducible.
Las iglesias autóctonas se ven a sí mismas como iglesias del Señor, libres para seguir la dirección del Espíritu Santo y la Biblia. Logran funcionar, propagarse y auto-sostenerse financieramente sin influencia externa. La plantación de iglesias autóctonas requiere de mucha fe y confianza en el poder de Dios Padre, la suficiencia de la obra redentora de Jesucristo y el liderazgo poderoso del Espíritu Santo, que habita en las vidas de los nuevos creyentes. Este principio de iglesias autóctonas también demanda mucho de los misioneros y voluntarios, quienes deben ser competentes en la comunicación intercultural y deben entender la cosmovisión (la forma como una población percibe la vida) de las personas a quienes ministran.
Como voluntario y miembro de un proyecto de Experiencia Misionera, usted puede ser utilizado de manera efectiva en el campo misionero. Hay muchas oportunidades para que los creyentes hagan misiones alrededor del mundo. Las estrategias que usan los voluntarios deben seguir este principio autóctono, para que las iglesias a las que se apoya con el servicio sobrevivan y florezcan en su propio estilo y ambiente, sobre la base de sus propios recursos económicos. Muchas veces los creyentes locales solicitan ayuda de los voluntarios, quienes a su vez responden por compasión y emoción. Sin embargo cuide que su plan de trabajo, incentive a los nuevos creyentes a depender de la ayuda constante de personas de afuera e impide la confianza en el Señor para la provisión de los recursos locales. Por otro lado, hacer regalos a determinados creyentes puede generar celos en la congregación, mermar la mayordomía local y disminuir las prioridades locales. Cooperemos para facilitar el desarrollo de un movimiento de plantación de iglesias -la multiplicación rápida de iglesias autóctonas dentro de una etnia o grupo humano- que se puedan reproducir por sí mismas ó potenciar los ministerios a los que apoyamos, para que se comprometan y asuman el seguimiento de los nuevos creyentes durante el proyecto y garantizar la continuidad de la labor.

No hay comentarios.: