
“La experiencia fue sobrenatural, la mejor de mi vida. El Señor trato conmigo la paciencia y el asco por los insectos, recibí palabra de Dios durante una de las ministraciones, a través de una persona, que dio respuesta a interrogantes que sólo le había hecho al Señor, fueron palabras duras, pero necesarias para mi vida de comunión con Dios. Yo estaba acostumbrada a trabajar con personas que ya conocía, ya que no doy confianza con facilidad a las personas que no conozco, sin embargo esta experiencia me enseño a relacionarme por igual con todos a pesar de las diferencias en personalidades de cada miembro del equipo y no estar metida en mi burbuja de amigos. Percibí de la comunidad una continua disposición a recibir lo que compartíamos con ellos: reflexiones, canciones, juegos, abrazos y sonrisas con mucho amor. Además, las personas de la comunidad observaban todo lo que el equipo hacía. Estoy muy agradecida con el Señor y con el equipo por asignarme en la coordinación del trabajo de los niños, junto a Sinaí, Janny y María de Jesús, fue un equipo muy productivo y me siento satisfecha con el trabajo. A diario trabajábamos con un promedio de 40 niños, esto me permitió ejercitar todos mis talentos, cada actividad fue dirigida por Dios y aunque algunas cosas no salían como lo planificado, también el nombre de Dios era glorificado... es la primera vez que disfruto el trabajo con niños, amo a los niños Waraos y quedaron en mi corazón”.
Su experiencia como voluntario quizás sea diferente a ésta. Pero al igual que sucedió con Abigail, usted tampoco será el mismo. El participar en una Experiencia Misionera lo cambiará. Verá al mundo tal como es – las necesidades, el sufrimiento, el dolor – pero también como puede llegar a ser con la esperanza y el amor de Cristo. Los miembros de la iglesia, a los que involucra en la oración y las ofrendas, tampoco serán los mismos, cuando usted les comparte las maravillas que Dios hace, a través de su labor de intercesión ó lo significativo que fue su aporte para ayudar a otros, les hará comprender que todos formamos parte del esfuerzo, para cumplir con La Gran Comisión.
Su viaje misionero será motivo para que sus ojos se abran a la realidad de los rincones de nuestra nación. El amor y ánimo por las misiones de sus líderes se le contagiará. En los últimos 4 años, cientos de voluntarios a corto plazo han servido como misioneros en nuestro país y en el extranjero, por medio de las Movilizaciones de Experiencias Misioneras IEPLA. De acuerdo con los informes proporcionados por cada proyecto, los voluntarios participan en convenios de evangelismo y misiones, campañas evangelísticas y ministerios comunitarios. Sirven en diferentes áreas de salud pública, realizan reparaciones y recuperan espacios físicos de templos y viviendas, preparan alimentos, organizan actividades recreativas y deportivas para niños y jóvenes, entre muchas otras labores. Muchos sirven como médicos, enfermeras, odontólogos, educadores y paramédicos. Enseñan Español, colaboran en el entrenamiento para el discipulado, conferencias de líderes, contribuyen a la plantación de iglesias, así como en la predicación. Usted ha respondido al desafío de ser un voluntario para la obra misionera nacional e intercultural en Venezuela. ¡Felicidades! ¡No se arrepentirá! ¡Le aseguro, que a su regreso, no será el mismo!
Comité de Misiones IEPLA
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